Opinión
Por: Nelson de Jesús Quintanilla Gómez.
Sociólogo
San Miguel, El Salvador, C.A., Marzo de 2011.
La semana pasada el presidente Mauricio Funes Cartagena planteó su decisión de convocar a un Consejo Consultivo que estaría integrado por los Ex Presidentes de la República posteriores a la Firma de los Acuerdos de Paz y los Secretarios Generales de los partidos políticos para discutir los problemas de país a propuesta de temas que el como Presidente haría en las respectivas reuniones.
La Comisión había sido anunciada por el Jefe de Estado desde hace más de una semana, pero no se había convocado a nadie formalmente hasta el 8 de marzo de 2011.
De acuerdo al periódico Diario Colatino del 9 de marzo del corriente año, la mayoría de Secretarios Generales se mostraron incluso emocionados de participar en este espacio de diálogo y reflexión, mientras que algunos de los ex presidentes llevados por el partido de derecha ARENA, Alianza Republicana Nacionalista, en especial Alfredo Cristiani, Francisco Flores y Armando Calderón Sol, pusieron condiciones como la «exclusividad». En tanto que Elías Antonio Saca se suma sin condiciones y le parece que el llamado del presidente Funes es adecuado y necesario para discutir temas de nación.
Los ex presidentes Areneros han pedido al Presidente Funes que la Comisión excluya a los partidos políticos y sólo atenderlos a ellos como ex Presidentes, de otra forma las discusiones se verían contaminadas con «ingredientes electorales».
La petición de exclusividad de los ex gobernantes, sin embargo, no sólo excluye a los representantes de los partidos políticos; sino, también, al ex presidente Antonio Saca: son evidentes las diferencias de la derecha salvadoreña y demuestran su intolerancia para saber dirimir las contradicciones alrededor de la búsqueda de soluciones a los problemas nacionales.
El objetivo de la Comisión, al contrario de lo que opina la oposición “es contar con un ámbito plural, calificado, que reúna a los liderazgos políticos del país, para discutir temas trascendentes y estratégicos de Nación y para contribuir a promover los grandes acuerdos que permitan profundizar el proceso de democratización, fortalecimiento institucional y de cambio que el país vive y que la sociedad demanda”; esto parece bien atinado, sin embargo buena parte de la población se pregunta ¿Qué pueden proponer los ex presidentes si cada uno estuvo cinco años en el gobierno y no supieron resolver los problemas, muy por el contrario, los agravaron mucho más?, ¿ será que el presidente pretende demostrar lo incapaces que son para proponer soluciones?, ¿será que cree que es necesario oír a los demás sectores políticos sobre su visión de país?, ¿o es que no haya que hacer y por eso recurre a los demás sectores de la vida nacional para buscar alguna salida?, las respuestas a estas interrogantes se irán obteniendo en la medida que la Comisión avance y sus propuestas sean impulsadas para conocer su impacto.
El Presidente Funes comenta en su carta de invitación que no existe ninguna experiencia en ese sentido en la historia reciente de país y que «en cambio, existen numerosas muestras internacionales de que este tipo de consejos ha contribuido eficazmente a la unión nacional y a establecer estrategias que benefician al conjunto de la sociedad”. La Comisión Consultiva, al parecer, tiene la intención de involucrar a los líderes de las fuerzas políticas en los esfuerzos por lograr un futuro consensuado para todos los intereses de los salvadoreños y salvadoreñas.
El Presidente Funes ha basado sus esfuerzos en la idea de que “El Salvador vive una nueva oportunidad histórica sustentada en su liderazgo regional en materia de estabilidad democrática, de lucha contra el crimen organizado, de promoción de la integración regional y de estrechamiento de lazos con los Estados Unidos, cuyo gobierno ha decidido apoyar resueltamente el crecimiento económico y la lucha contra la pobreza en el país”.
Hay quienes consideran que ese Consejo Consultivo será de derecha y que por tanto, sus propuestas estarán orientadas a sacar provecho político para ese sector de la sociedad que se resiste a que el país cambie la historia de pobreza, hambre, miseria, desorden del transporte, desempleo y violencia generalizada del país, creer lo contrario es ser ingenuo político y no entender que la lucha de clases sigue presente, la oligarquía no desperdicia espacios para hacer su trabajo y recuperar el terreno perdido.
Muchos se preguntan ¿si el Consejo Consultivo será una forma de co- gobernar o una simple instancia de apariencia democrática?, en la que los interese ideológicos y políticos estarán presentes en ese espacio que la derecha sabrá aprovechar de cara a las elecciones del 2012 y del 2014 ¿o realmente el presidente sabe maniobrar y conducir el país con su estratagema de un gobierno de unidad nacional y de gobernabilidad democrática?, a juzgar por los hechos.
En política no se debe, ni puede jugar a la ingenuidad y sobre todo en los manejos del poder y del Estado, el verdadero sujeto social y político del pueblo salvadoreño es el FMLN y hoy por hoy es la primera fuerza política del país, razón por la cual el presidente debe tomar muy en cuenta en la búsqueda de soluciones a los principales problemas del período, esto no quiere decir que se ignoren los demás sectores de la vida nacional.
Otros opinan que en vez de los ex Presidentes, el Comité Consultivo debiera integrarse con notables, los representantes de los partidos políticos y los líderes de las principales fuerzas sociales para establecer un diálogo nacional que con una agenda de país genere acuerdos políticos de consenso y bajo una lógica de concertación nacional de cara al pueblo y con el pueblo.
La derecha invitada a este comité consultivo y especialmente ARENA pretendería co-gobernar, mientras que el presidente pretende una gobernabilidad democrática con un gobierno de unidad nacional, sin embargo el pueblo salvadoreño todavía reciente las medidas de los ex Presidentes como las privatizaciones, la dolarización, los tratados de libre comercio, la destrucción de la economía nacional, la pérdida de la soberanía, el desempleo y el alto costo de la vida que siguen afectando a los sectores populares.
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