Opinión
Cuando las bandas de delincuentes raptan a una persona a punta de pistola, le llaman secuestro cuando lo hace la derecha en contra de un presidente electo de forma democrática y dentro del marco constitucional de Honduras, la derecha anárquica le llama: "transición".
El golpe de Estado que se ha dado la madrugada del 28 de junio de 2009 en contra del Presidente de Honduras Manuel Zelaya deja una sensación de impotencia e indignación al igual que lo que siente el ciudadano cuando va por la calle y es asaltado. Esa es la sensación que deben tener ahora los más de 7 millones de hondureños pues unos pocos se han dispuesto asaltar ese pais centroamericano y robarse su más preciado tesoro: la joven democracia.
El motivo: "polarizar al pais", al menos eso dice la derecha hondureña, polarizar al pais por darle la oportunidad que durante décadas los gobiernos militares y neoliberales le negaron a la población: la consulta ciudadana.
Su pecado fue consultar a la población la posibilidad de colocar una cuarta urna para validar una posible reelección. La derecha acusa a Manuel Zelaya de querer perpetuarse en el poder, desconociendo la voluntad del pueblo y cortando de tajo toda posibilidad democrática de tener el gobernante que decida el pueblo.
"Un retorno a la barbarie" calificó los actos de derrocamiento la Presidenta de Argentina Cristina Fernández, el Golpe contra Zelaya es un retroceso de por lo menos 4 décadas para el pais hondureño y para toda la región centroamericana, cuyos paises deberán hacer un análisis minucioso sobre como llevarán sus relaciones diplomáticas, pues mientras la carta de la constitución de la Organización de Estados Americanos, OEA, exige no reconocer los gobiernos golpistas, el Sistema de Integración Centroamericano necesita delegar responsabilidades a Honduras.
Además en materia comercial se está negociando un Acuerdo con la Unión Europea, por lo que es de imaginar este episodio paralizará estos tratados y demás relaciones políticas y económicas entre Honduras, la región centroamericana y la comunidad internacional.
La derecha nefasta de Honduras no sólo ha atentado contra la democracia sino contra el derecho de información que desde hace más de 50 años es considerado como un derecho humano, han coartado la libertad de expresión y la libertad de prensa sin que la Sociedad Interamericana de Prensa o la Asociación Internacional de Radiodifusores lo denuncien tal como lo hicieron con el cierre de televisoras en Venezuela, no se han proclamado en contra, ¿dónde están hoy los defensores de las libertades?
Los hondureños han sido víctimas de la desinformación al grado que los golpista se encargaron de cortar el suministro eléctrico y la transmisión de radio y televisión, los salvadoreños estamos más informados de la crisis institucional y de las ilegalidades que comete el Congreso Legislativo de Honduras al separar del cargo a Manuel Zelaya y nombrar a Roberto Micheletti.
Este tipo de sucesos no pueden suceder en pleno siglo XXI, por lo que los golpistas deberán reconocer que estan equivocados por más decretos que el congreso emita, la OEA debe dar el ejemplo pronunciandose enérgicamente en contra del golpe y presionando a la oposición a que restituya al Presidente constitucional Manuel Zelaya.